Editorial:

La globalización desde la perspectiva del arte


Ximena Narea*


Tres factores han contribuido a la percepción de un modelo de mundo "común" a todos los habitantes del planeta: el desarrollo de los medios de transporte, especialmente durante la segunda mitad del siglo pasado que ha permitido el traslado de personas entre lugares distantes en poco tiempo, el vertiginoso desarrollo de los medios de comunicación especialmente durante las últimas dos décadas con su última invención, la internet, y por último la movilidad de capitales que traspasa las fronteras de los Estados Nacionales. Jorge Capelán hace una revisión del concepto de globalización y discute el concepto de branding como estrategia simbólica de dominación, cuyo ejemplo más notable en el campo del arte es la cadena de museos Guggenheim, y presenta algunos rasgos del movimiento global de resistencia a las estrategias del capitalismo globalizado.

La reproducción de modelos de distribución -probados en los centros hegemónicos- en lugares hasta hace poco "inexistentes" en la cartografía del arte de "vanguardia" ha estimulado la movilidad de los artistas: un día exponen en Nueva York y al día siguiente en Oviedo. El modelo de bienal, surgido en Venecia hace más de un siglo "aparece" en Sudáfrica, Estambul, La Habana, Corea del Sur, Buenos Aires, y últimamente en Tirana, por nombrar los lugares más conocidos; cientos de bienales de distinto tipo se realizan en todas partes del mundo. El principio democrático de la bienal de Venecia, que daba la oportunidad a cualquier país (con recursos para este tipo de actividad) de mostrar su arte ha dado lugar a un modelo de participación selectiva normalmente con un tema específico. Estos nuevos lugares "no tradicionales" buscan la interrelación del arte local con el arte internacional; sin embargo la participacion de artistas con "carrera" en el circuito internacional de bienales internacionales suele tener más importancia que la participación de artistas locales. Martin Schibli reflexiona en torno a la existencia de una propuesta conceptual del arte en la globalización, una propuesta que no tiene que ver con la posibilidad de traslado de obras y artistas de un lugar a otro sino, fundamentalmente, con la existencia o desarrollo de un concepto válido en cualquier parte del mundo. Empero, como él mismo señala, un concepto globalizado requiere un mundo regido bajo las mismas premisas materiales y socio-culturales, lo cual está muy lejos de ser realidad. Schilbi está pensando en un mundo basado en principios democráticos, que beneficien a la mayoría de los habitantes del planeta, pero un concepto globalizado no responde necesariamente a un principio de participación democrática, sino a un modelo ideológico que tenga validez en todo el mundo, sin tener en cuenta si es beneficioso para la mayoría. Históricamente, las hegemonías no han beneficiado a las mayorías, sino a un grupo determinado. Evidentemente, la globalización propone una nueva forma de enfrentar la cotidianeidad, como apunta Fernando Martínez, y al hacerlo también nos hace repensar la forma de representar el mundo.

El desarrollo de los medios de comunicación ha hecho posible la transferencia de información inmediata entre personas que viven en cualquier parte del mundo. La Internet permitió que todos los que tienen acceso a un computador conectado a una red pudieran ver en las pantallas de su computador las imágenes enviadas por la CNN sobre el ataque a las torres gemelas en Nueva York el 11 de septiembre del año pasado. No sólo la "misma" información podía ser vista en cualquier lugar del planeta, sino que podía ser vista las veces que el receptor quisiera. "Estrategias contra la Arquitectura", de Hans T. Sternudd, muestra cómo de manera inmediata se puede intercambiar opiniones en torno a un hecho, que en este caso parte de una observación "estética" expresada en una de las tantas listas de correo electrónico: "The crashing planes at the WTC: a pure work of art". Podemos ver un hecho "globalizado" gracias a la existencia de un medio de comunicación. Pero, objetaría junto a Schibli, el hecho de que algo pueda ser visto en todo el mundo no implica que el hecho mismo sea un hecho globalizado, es decir que conceptualmente ataña a cada habitante del planeta. Sin embargo, la globalización del hecho no se hizo esperar. El presidente Bush declaró la guerra al terrorismo en todo el mundo, y apoyado -al menos moralmente- por Europa, empezó su guerra en Afganistán, donde se supone que estaba el centro intelectual del terrorismo internacional, personificado en la figura de Usama bin Ladin. El ataque a las torres (y al pentágono), que fue un hecho particular, se transformó en el punto de partida de un hecho "globalizado": la persecusión y castigo a terroristas y a supuestos países protectores (el segundo país en la mira es Irak). Las torres del World Trade Center (y de paso las Oficianas Generales del Departamento de Defensa de los Estados Unidos) se convirtieron en algo "perteneciente" a todo el mundo y por extensión, el ataque se tradujo como una afrenta a todo el mundo "democrático". Bush dividió el mundo en "nosotros", estados buenos, es decir aquellos que siguen las directrices económicas, políticas y culturales de Estados Unidos, y "ellos", estados malos, es decir aquellos que se toman la libertad de pensar diferente. Desde luego, las torres no eran edificios "cualquiera", eran el lugar donde se realizaban intercambios comerciales a nivel internacional, y por eso su destrucción "nos" incumbe a todos, desde los propietarios de las empresas transnacionales (globalizadas) que tenían sede en esas torres hasta los pequeños agricultores que cambian sus verduras por ropa en una feria, en cuya mira sólo existe la solución de la supervivencia diaria. El peso simbólico de las torres antes y después de su destrucción es un tema que Sternudd plantea en su artículo.

En el mundo del arte, como señala Schibli, se han multiplicado no sólo los canales de circulación sino también los medios a disposición del artista para que realice su obra. En muchos países existen becas y otro tipo de ayuda para estimular el trabajo artístico. Con una generosa beca de FONDART (Fondo para el Desarrollo de las Artes) de Chile, el artista chileno radicado en Suecia Juan Castillo realiza un proyecto cuyo concepto intenta poner lo local, lo individual, en el centro de una globalización, que en el arte pareciera no tener contornos muy claros. Su base son los sueños de la gente "común" de una población marginal de Santiago, que luego expone en una secuencia de video y en distintas imágenes bidimensionales y tridimensionales. En su exposición en Lund sigue usando como base las imágenes de video, pero en la serie de imágenes bidimensionales agrega rostros de personas recortadas de periódicos locales. Esta forma de integrar imágenes tomadas de un medio local con imágenes que pertenecen al flujo de información globalizada ha sido recurrente en las obras de Castillo en los últimos años.

El idioma del mundo del arte es el inglés, apunta Schibli. Revistas, conferencias, textos en obras deben ser en inglés si se espera tener interlocutores más allá de las fronteras locales. El video que muestra Castillo en Lund es en español, lo cual crea cierto malestar entre los visitantes de la galería porque no entienden una parte importante de la obra. La molestia es entendible, el idioma local es sueco. Sin embargo, la falta de traducción acentúa aun más lo local: el idioma del lugar que sirve de base de la obra es el español, un idioma que hablan unos 400 millones de personas. Por su parte Lena Mattsson pone a su exposición, realizada en la misma ciudad donde vive y donde se habla sueco, un título (y textos del catálogo) bilingüe inglés-sueco y el poco texto que aparece en uno de los videos (el de las manos de un hombre escarbándose las uñas con un cuchillo) está en inglés. Desde luego, el uso del inglés como lingua franca en el arte no es un esnobismo de artistas sino que es consecuencia de su dominio en la esfera en la que se basa el modelo de la globalización: la economía, que luego se extiende a todas las áreas del quehacer humano.

Las galerías como canal de circulación de arte han buscado distintos caminos para tener vigencia en esta "globalización". Como en el caso de las bienales, aquí también se trata de alcanzar el gran mundo desde lugares periféricos. Orlando Britto presenta Espacio C, una experiencia de intercambio entre artistas locales, nacionales e internacionales que tiene lugar en un pueblo periférico del norte de España. El concepto se basa en el trabajo en el lugar de los artistas participantes en cada proyecto durante algún tiempo con el fin de evitar la aparición fugaz de estrellas, lo que permite un intercambio de ideas y conocimientos más profundo entre los artistas extranjeros y la gente del lugar. La creación de nuevos canales de circulación no es una empresa sencilla; esto queda claro con la decisión de la fiscalía del estado (sueco) de retirar de una "reserva natural" la obra Omfalos del artista sueco Lars Viks. La idea de incluir "todo el mundo" en una obra de arte o proyecto artístico es parte de lo que ha sido la reflexión artística en torno a la globalidad. Esto lo vemos expresado en la presente edición de Heterogénesis de dos formas: la recolección de un objeto de distintos lugares y su exposición en un solo lugar y la reproducción de un mismo objeto en distintas partes del mundo. El artista sueco Tryggve Lundberg recolecta agua en lugares dispares de distintas partes del mundo y luego los muestra en un solo lugar. Jonás Peirone, nacido en Argentina y radicado en Suecia construye hornos de barro y ladrillo en lugares antipódicos, dentro y fuera de los canales tradicionales de circulación del arte. Ambos proyectos son "obras en desarrollo".

El arte, en el modelo de la globalización tiene, como en otros períodos históricos una vertiente con una estética y canales de circulación que responden fielmente a los principios de la ideología del modelo hegemómico; pero poco a poco se va desarrollando una nueva estética que cuestiona esos principios y crea canales de circulación alternativos.

*Ximena Narea es historiadora y crítica de arte


Heterogénesis
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